sábado, 18 de diciembre de 2010

El espectador (extracto)


El Espectador
José Ortega y Gasset

Cuando no hay alegría


Cuando no hay alegría el alma se retira a un rincón de nuestro cuerpo y hace de él su cubil. De cuando en cuando da un aullido lastimero o enseña los dientes a las cosas que pasan. Y todas las cosas nos parece que hacen camino rendidas bajo el fardo de su destino y que ninguna tiene vigor bastante para danzar con él sobre los hombros. La vida nos ofrece un panorama de universal esclavitud. Ni el árbol trémulo, ni la sierra que incorpora vacilante su pesadumbre, ni el viejo monumento que perpetúa en vano su exigencia de ser admirado, ni el hombre, que, ande por donde ande, lleva siempre el semblante de esta subiendo una cuesta - nada, nadie manifiesta mayor vitalidad que la estrictamente necesaria para alimentar su dolor y sostener en pie su desesperación.
Y, además cuando no hay alegría, creemos hacer un atroz descubrimiento, percibimos con extraña evidencia la linea negra que limita cada ser y lo encierra dentro de si, sin ventanas hacia afuera, como Leibniz decía, pero sin el infinito que este hombre contento metía dentro de cada uno. Este descubrimiento que hacemos por medio del dolor como por medio de un microscopio: la soledad de cada cosa.
Y como la gracia y la alegría y el lujo de las cosas consisten en los reflejos innumerables que las unas lanzan sobre las otras y de ellas reciben - la sardana que bailan cogidas todas de la mano-, la sospecha de su soledad radical parece rebajar el pulso del mundo. Se apagan las reverberaciones que refulgían en sus flancos; nada suena ni resuena; las gargantas son mudas, los oidos sordos y el aire intermedio, como paralitico, es incapaz de vibrar. Lo demás es fantasmagoría, fiesta irreal de luz prendida un instante sobre las largas nubes vespertinas -pensamos. Y ya es casi un goce de nuestra falta de alegría perseguir con la mirada la espalda curva, rendida, de cada cosa que sigue su trayectoria solitaria. Y presentimos que hay dondequiera oculto u nervio que alguien se entretiene en punzar ritmicamente. En la estrella, en la ola marina, el corazón del hombre da su latido al compás de un dolor inagotable...

AOC.®.2010
Gráfica: Daniela Uhlig

2 comentarios:

Andrew Finnie dijo...

Hey wow, this is a superb piece of writing, what rhythm and word pictures the writer draws for us! A beautiful choice you have made.

Are you having season's fun yet? Merry Christmas to you :)

Sorry I have been away. There was a death in the family. No time is good to die, eh?


take care see you soon

cheers from Oz

antonia obiol y corcoll dijo...

Hola Andrew, imaginé que estabas sumergido en algun evento, lamento lo de tu familiar.

Gracias por tus saludos navideños tambien espero que tu fiesta este acompañada de mucho cariño.

Ortega y Gasset desde epocas escolares me ha regalado apreciaciones interesantes del mundo.

Un gran abrazo.
AOC.