viernes, 14 de mayo de 2010

de Pais Blanco y Negro 1929 (extracto)





Rosamel del Valle

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..... Durante mucho tiempo nos veíamos día a día. A través de sus ojos entré de nuevo a la ciudad, por cuyas calles me aburría antes largamente. Me interesaban sus palabras, sus menores gestos, todo tan confundido entre la realidad y el sueño. A veces yo procuraba hablar mucho y seguido, por temor a que ella tomara la conversación por su cuenta. Otras veces me sentía obligado a enmudecer, tal era su voluntad a través de una mirada o un gesto. Puedo decir que esta mujer contaba con una rica memoria. Es decir, con un país de extraños hechos y de extrañas videncias, lo que le permitía evocar un suceso íntimo ante la presencia de cada cosa y aun ante cosas que no siempre tenían presencia. Siempre me pareció verla caminar con un pie en lo sucedido y otro en lo que acaso podría suceder o en lo que, más bien, tendría que suceder. Y todo dentro de un plano parecido a su memoria convulsa.

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Son cosas simples, cosas de hombres de soledad, y de poemas, por ejemplo, que no siente ningún asombro por las almas aparecidas, la luz que parece leche y el trueno de miel. Son cosas que siempre ha tenido al alcance de la mano. El buzo adivina la perla y de todas maneras el mar se ahoga. Pequeño tesoro y elemento sin nombre y repentino. Ahora yo digo que nos entendemos y que andamos a inesperados vaivenes. Es decir, yo ando a zancadas paralelas al viento. Yo soy el hombre que aparece en las esquinas oscuras de los periódicos. Habéis visto mi fotografía con un solo ojo. Yo os traigo el espanto de una habitación despoblada, especial para un crimen.

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LA VISIÓN COMUNICABLE.

V
Amo el silencioso alcohol con paciencia de máscara
Que habita el pueblo desamparado de tus venas.
Clima de los pesados animales del amor, de las selvas ardientes,
Del ojo de fuego que avanza sobre olas al despertar.
Tu sangre corre en chispas hasta ser un árbol rojo
De hojas derramadas en un frío de miel.
Amigo mío, palpitante ramaje de mis queridos dolores,
De plaza en plaza pregonas tus negocios de olas, de historias, de olvidos.
Porque el amor te castiga danzando con su látigo de sueño
Y tu pecho hace señales hacia una posible tierra delirante
Con inscripciones en lenguaje de pálidos colores.
¿Qué ha sido de tu recta escritura sin pestañas como un ojo fijo?
Sólo tu sueño flota con sus hojas negras, sin estallar,
Desposeído de todo brillo, blanco de esponjas alucinadas.
Ningún asombro., ningún sabor, sentado en tu silla de corolas,
Como un día profundo cerca de tu lámpara.
Reposas oyendo acercarse la noche más próxima, reposas.
El amigo muerto que es tu corazón sonríe en un espejo.

De Cuerpo Central




Grafica de Takato Yamamoto - Abel Elizondo

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