sábado, 16 de enero de 2010

Hoffmann Novalis





Los discípulos en Sais
1. El discípulo (extracto)
"Los hombres marchan por distintos caminos; quien los siga y compare, verá surgir extrañas figuras; figuras que parecen pertenecer a aquella escritura difícil y caprichosa que se encuentra en todas partes: sobre las alas, sobre la cáscara de los huevos, en las nubes, en la nieve, en los cristales, en la configuración de las rocas, sobre el agua congelada dentro y fuera de las montañas, de las plantas, de los animales, de los hombres, en los resplandores del cielo, sobre los discos de vidrio y de resina, cuando se frotan y se palpan; en las limaduras que se adhieren al imán y en las extrañas conjeturas del azar... Se presiente la clase y la gramática de esa escritura singular; pero dicho presentimiento no quiere concentrarse a un término, ni adaptarse a una forma definida; y parece no acceder a convertirse en la clave suprema. Diríase que algún alcahest se ha extendido sobre los sentidos de los hombres cuyos anhelos y penas aparentan sólo por momentos fijarse de modo preciso. Así nacen sus presentimientos; mas, a poco, todo revolotea ante sus ojos como en lo pasado.
Oí decir, a lo lejos, que la incomprensibilidad no era más que el resultado de la inteligencia; que esta última buscaba lo que ya tenía y, de esa manera, no podía encontrar nada, más allá.
No se lograba comprender la palabra, por que la palabra no se comprendía, no quería comprenderse ella misma. El Sánscrito verdadero hablaba por el placer de hablar y por que la palabra era su esencia y su alegría..."

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