viernes, 27 de marzo de 2009

Vladimir Korolenko (Rusia, 1853-1921)



E
scritor ruso nacido en Jitomir (ahora en Ucrania). Estudió en la Universidad de San Petersburgo y en la Escuela de Agricultura de Moscú. Entre 1879 y 1885 fue deportado a Siberia por exigir reformas sociales para Rusia. En 1895 trabajó como editor en una revista, para la cual escribió gran cantidad de artículos en los que denunciaba las injusticias que se cometían en su país. Es más conocido, sin embargo, por sus historias sobre la vida de los campesinos rusos, como puede ser El sueño de Makar (1885). Entre sus trabajos se cuentan, asimismo, la novela El músico ciego (1886), el volumen de relatos cortos Cuentos siberianos


LA LUZ

Hace tiempo, en una oscura noche de otoño, tuve que hacer una travesía en barca por un lúgubre río siberiano. De pronto brilló una luz ante nosotros, en un arco que la corriente describía entre dos montañas.
Brilló claramente, con fuerte resplandor, a muy poca distancia.
- ¡Menos mal! - exclame alborozado - . Ya está cerca el albergue.
El barquero dejo dejó de remar, miró hacia la luz por encima de su hombro y volvió a empuñar apáticamente los remos.
- Está lejos - dijo.
No le creí: la llama parecía mostrársenos muy cerca, entre las sombras de la noche. Pero mi acompañante llevaba razón. En efecto, estaba lejos.
Insinuarse, vencer las tinieblas, brillar, prometer y seducir con el señuelo de una aparente proximidad son cosas propias de la luz en medio de la noche. Parece que unos cuantos golpes de remo bastarán para llegar a ella. ¡Pero está lejos!
Navegamos un largo rato por el río, negro como boca de lobo. A nuestro paso emergían montes y peñas que avanzaban hacia nosotros para después pasar de largo y quedarse atrás, perdiéndose en la ínfima lejanía. La luz en cambio, permanecía encendida refractándose entre las sombras y llamándonos con gran poder de seducción. Siempre cerca y siempre lejos...
Recuerdo a menudo aquel oscuro río, sombreado por las rocosas laderas, y aquella luz vivaz. Muchas luces, antes y después, me fascinaron - y no sólo a mi - con su aparente proximidad. Mas la vida continúa fluyendo por el mismo cauce, de lúgubres orillas, y las luces están lejos aún. Habrá que seguir remando.
Pero sin embargo... ¡Sin embargo, nos espera la luz!...

Palabras alegóricas. Llevan por título LA LUZ y fueron escritas por Korolenko en 1900


3 comentarios:

... Costilla. dijo...

Que bueno que esta tu blog!!
Pas apor el nuestro a ver si te interesa mantener contacto... o algo mas. En serio me interesa que participes con nosotros

antonia obiol y corcoll dijo...

He intentado acceder al blog de ustedes pero no tengo accesoso... ignoro como hacerlo

Saludos

pelicanopitekus dijo...

Fijate que nunca me he suscrito a la esperanza de aquella luz tan famosa que se vé adelante de la existencia,sea la del túnel,sea la del futuro.Mas bien,siempre me he apegado a la luz del que lleva la tea
al lado,mientras remamos,y en sus palabras de consuelo,y en su abrazo,y en su canción.Esa,es la única luz de la que puedo testimoniar.
Besos luminosos.