viernes, 10 de octubre de 2008

My wild garden





Mi jardín ha crecido por obra de pequeños robos, repito conductas, mi abuela traia de regreso a casa pequeñas patillas que sustraía en alguna parte. Esos palos insignificantes fueron poblando su jardín.
Hago lo mismo, con menos suerte y más descuido, veo una planta y la imagino en un determinado espacio de mi jardín; las plantas por lo general tienen un comportamiento que uno no planificó y en un momento dado crecen demasiado o muy poco, algunas tienen bellos días y una envidiosa maleza las achica, las aplasta. Otras demandan agua y pudren a aquellas austeras que con una gota les basta.
También estan los prepotentes invasivos que lentamente desplazan a los más debiles, los más timidos. La guerra es normalmente bajo tierra; existe un grupo de sobrevivientes que se quedan quietos una o dos temporadas y un día encuentran un descuido de sus contrincantes y emergen con toda su belleza hacia la luz.
A diferencia de mi abuela poco intervengo en la expresión de mi jardín, cada cierto tiempo lo ordeno, recojo lo muerto y lo dejo que libremente se exprese.

No hay comentarios: