Plaza de pueblo....

Crecí marcada por la plaza de mi pueblo, tempranamente me asustaba, tenía la absurda idea que los paseantes se fijarían en esa falta de armonía que tengo para caminar, o detectarían algún paso en falso, o una postura poco adecuada; si miraban con cuidado podían percibir que yo era toda transparente y al simple trasluz era posible adivinar lo que estaba pensando.
Tempranamente desarrollé una autovisión despiadada, donde todos mis relieves tenían dimensiones y curvas extravagantes, pero, sobre todo poco adecuadas para cruzar una plaza de pueblo en una mañana de domingo.
Sin embargo, algunas solitarias calles de mi pueblo me cobijaron en sus adormiladas sombras de adobe, las murallas me regalaron adorables y suaves pelusillas de musgo invernal que crecía en las humedades de una tierra lluviosa... en verano mi pueblo me obsequió humores frescos salidos de vetustas casonas... todos esos simples recovecos de mi patria infantil me permitieron llegar a casa, sana y salva... y cruzar por fin la mampara que me depositaba en mi paraiso personal e instranferible...

Para escuchar: http://www.youtube.com/watch?v=4EuqQ3CI-H4