sábado, 2 de enero de 2010
SUBRAYADOS DE GUS
- El notable explorador de las selvas amazónicas bolivianas, cuyas hazañas como hombre de acción figuran entre los grandes descubrimientos geográficos del presente siglo en la América Latina por su contribución al conocimiento de las rutas fluviales que unen los Andes con la Amazonía, general José Manuel Pando (1848-1917), juzgaba a los indios como seres endebles opuestos a la industrialización; los indios pertenecían a razas inferiores y había que perseguirlos, con perros de presa por las selvas y batirlos a tiros, con patrullas militares, para no gastar mucho en poner escuelas; el propósito era disponer de sus tierras, favoreciendo planes de colonización con inmigrantes extranjeros pertenecientes a razas superiores, como lo tiene escrito en su libro /Viaje al país de la goma/ (1903). El prestigio de Pando era además político y militar. Dirigió la sangrienta guerra civil con la que los liberales derrotaron a los conservadores, acaudillando a un ejército de voluntarios y de pueblos indios. Instalada la Convención Nacional de Oruro, ciudad minera levantada sobre el altiplano, Pando era elegido presidente de la república desde cuya posición dispersó a los aymaras que habían contribuido a su victoria, persiguiéndolos y cancelando las reformas democráticas ofrecidas.
*Juan Albarracín Millán.*
- Cuando me vuelvo a contemplar los años que en pensamientos de amor he gastado, y el fuego do me helaba ya apagado, causa de mis afanes tan extraños, / y la fe de amor rota y sus engaños, y el bien mío en dos partes separado: que una es ya tierra, el cielo otra ha llevado, y el interés perdido de mis daños. / En viéndome del todo así desnudo envidia tengo a toda extrema suerte; ¡tan grande es mi despecho de mí mismo! / ¡Oh mi estrella, oh fortuna, oh hado, oh muerte, oh día para mí tan dulce y crudo!, ¿cómo distes conmigo en el abismo?.
*Francesco Petrarca.*
- Creo que usted debe seguir escribiendo, no a pesar de haberse ido al campo, sino, precisamente por haberse ido al campo. Rechace la idea de que me estoy imaginando la vida del hacendado como un ocio perpetuo. La conozco desde niño y sé la atención que demanda, la vigilancia continua de los que llaman, por ironía, trabajadores, y cómo es preciso trabajar para que trabajen. Sea valiente y tome el toro por las astas. Lea y recorra los potreros, escriba y siembre trigo, medite y tenga pleitos de agua. Y no repita aquello de que su alma, su querida alma, está muriéndose por falta de cultivo. El alma es como la tierra: si la abandonan se cubre de malezas o permanece estéril, pero si cuidan de ella y le dan buen alimento, buena semilla, aguas claras, soles y aires puros, entonces devuelve ciento por uno, fructifica y florece.
*Alone. *
- Penetra sordamente en el reino de las palabras. Ahí están los poemas que esperan ser escritos. Convive con tus poemas antes de escribirlos. Ten paciencia si son oscuros. Calma si te provocan. Espera que cada uno se realice y consuma con su poder de palabra y su poder de silencio.
*Carlos Drumond de Andrade.*
- /Los ojos de Picasso./ Siempre es todo ojos. No te quita los ojos. Se come las palabras con los ojos. Es el siete ojos. Es el cien mil ojos en dos ojos. No cierra los ojos. No baja los ojos. Te quita los ojos. Te arranca los ojos y te deja manco o te deja cojo. Luego te compone o descompone, la nariz te quita, luego te la pone, después te la quita. O te pone dos.
*Rafael Alberti. *
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