martes, 9 de diciembre de 2008

En Taro Adun



Zeratul es un personaje de videojuego, herencia de tiempos pasados, recreación de cómo, durante la melancolía, los recuerdos son selectivos, intensos, intentando sesgar lo tranquilizador e idílico en algo que por momentos parece transmutarse en mental fango, excremento, residuo del paso del tiempo. Caminar por los montes fantásticos, sentir la soledad del único, del especial, del uno mismo. Muchas veces uno sueño con ser poderoso, dueño de su cuerpo y espíritu, ser un alma libre, severa y tranquila, fortalecida en experiencia, inmune al malestar y la injusticia.

Zeratul es un sueño, un personaje que navega por el espacio. No conoce de planetas o meteoritos, sólo de gestas, hazañas, misterios que se le plantean a golpes de espada, reflejos de un futuro que asemeja con ser verdadero. La predisposición al Caos me consume, el orden parece ser, más que nunca, un producto del intelecto. Éste falla, sucumbe, la tristeza parece socorrer la vida del solitario personaje, sólo en su Mundo, Zeratul con su equipaje. El día sucede, con la seguridad de que al atardecer le acompañará la mañana, canto de alondra metafísica, excusa por la que reflexionar, pensar, ¡qué debes hacer para ser digno y agradecido con esta gran vida! ¡Cuál es el paso correcto para un ser, definitivamente, imperfecto!

Cuesta olvidar cuando el eco aún suena por la cueva. El soplar del olvido no amaina con su inexistencia, todo me parece estático, eterno, el recuerdo y tus labios, lo pertinente y lo necesario. El camino vital se caracteriza por ser una carrera. Detrás de cada mundo, cada experiencia o hecho de relevancia, siempre queda atrás, cerrada, una dura puerta, impenetrable e irretornable. Lástima de peso el del cerebro. El don del elefante me acaece lacra humana, la insignificancia del uno, polvo de este globo.

Algún día quizás alcance a mirar a detrás, contemplar mis manos y mis mejillas. Tal vez vea en mis labios recuerdo, átomos segregados por otro cuerpo. Un recuerdo que me lleve a ti, una justificación, un argumento del final y el eterno comienzo.

Zeratul es solitario. Quizás por eso de él ahora me acuerdo. Sus andares por Aiur son siempre en batalla, contra el Destino, ese don que se esconde tras la inabastable puerta. Dime dónde está el Sol, yo te daré la Luna. ¡Guíame astro futuro, no me dejes sólo antes los caprichos del Destino!
Quizás todo se reduzca a un sacrificio. Saber contemplar cómo el segundo muere para dejar nacer a su siguiente. El paso del tiempo es ley y orden, adaptarse a él, necesidad aun con apuros. En Taro Adun. Algo así decían mis héroes. Todo debe ser un recuerdo, tonto, de un entretenimiento anticuado; tal vez una trama mental de algo en lo que, antaño, he continuamente soñado. El crepúsculo se acerca, llego a ver el mango de la entrada siguiente. La puerta se abre, chirría, es vieja, distante. El pasillo aparece, uno cruza, queda cautivo. El paso del tiempo le transporta, a duras penas, sólo alcanzas a ver que te has dañado, contigo se han ensañado, tal vez recreado. Uno maldice mil veces a su captor, su amo y tirano. ¡Yo te maldigo a ti Destino! ¡Quisiera ser Zeratul y caminar sólo, seguro y armado! Listo para la batalla vital: la de tu conciencia y periplo...

Ofrenda de Javier Serran. Nubiru

4 comentarios:

Marcelo Dance dijo...

Es increíble como captaste el espíritu de Zeratul y lo convertiste en un posteo, que haría enorgullecer a cualquier fanático del StarCraft y sobre todo de los Protoss (Entre los que me cuento, como ya sabés) ;)

Pero Zeratul era (o es) un alma solitaria, un paria, un guerrero sin destino, un oscuro templario (Dark Templar) marcado a su vez con un oscuro y trágico aura...

Ningun humano soportaría vivir más de 600 años en la soledad intergaláctica en la que vive (o vivía) Zeratul.

Hay que pertenecer a una raza muy avanzada como para soportar la soledad de esa manera...

Aldaris, Fenix y Tassadar se mueren de envidia por esta entrada... (Ja! Ja! Ja!)

En Taro Adun!

(Los planetas sigen enviando mensajes. La clave de seguridad dice: EVOCKO).

antonia obiol y corcoll dijo...

Yo nada sé, solo sigo algunas huellas que me emocionan o atraen, de Zeratul es la soledad... más que una situación fisica es un estado del alma y ese es el universo que persigo... de alguna manera ese es mi sueño...
En Taro Adun!

¿que le paso a tu ultima cara?

pelicanopitekus dijo...

La soledad,comentaba Exupery,los primeros cinco años,es el mas cruel de los infiernos,mas de ahí en adelante es el paraíso.
Tengo mi relación con la soledad,cuando la vivo y no pienso en el aquello o el eso,floto como en mansos océanos,pero,cuando invito a mi mente,me ofusca.
La mente,al parecer,no contempla soledades,(¿será la mía?).
Un beso acompañante.

antonia obiol y corcoll dijo...

Pitekus:
probablemente puedas capear tus soledades con una soledad rubia y de ojos grandes...
Tu jardín que mira a la luna puede cobijar tu juguetona alma de solitario...
Un beso