martes, 2 de diciembre de 2008

Bergman Island


Ingmar Bergman

Ascanio Cavallo, periodista de El Mercurio, escribió en la Revista del sábado ¿puede una mala persona ser un buen cineasta? . También en la editorial titula: "la otra cara de Bergman, la película "Bergman Island" abre interrogantes sobre la verdadera vida del director de cine"... En general, el artículo pretende cuestionar ligera y livianamente la condición humana del director.

Por mi afición un poco desmedida con el cine he logrado reunir un buen número de películas de Bergman y en todas ellas he encontrado la mirada sutil y perfecta al alma humana, detalles magníficos de las relaciones entre personas. Mi pregunta es ¿puede una mala persona mirar el alma humana tan precisamente?. Quisiera encontrar en mi vida seres huraños y mal humorados que desvistan los detalles personales como lo hacía Bergman. De dos distintas películas he rescatado diálogos (que pese a las traducciones) gráfican cuan finito desgrana el choclo este maestro.


Del film El manantial de la doncella (1960)

Ves el humo temblar bajo el techo, como si gritara de miedo,
pero solo sale afuera,
ahí afuera puede dar vueltas por el cielo,
pero no lo sabe, por eso tiembla y se encoge bajo el techo. A la gente le pasa lo mismo tiembla como una hoja en la tormenta, por lo que saben y lo que no saben; y tú estás a punto de cruzar un puente estrecho, tan estrecho que no sabes donde poner el pie. Debajo de ti hay un río salvaje. Es negro y quiere quedarse contigo; pero llegas al otro lado sin problemas. Ahora estás en un valle tan profundo que no ves el final, hay manos que vienen hacia tí... pero no te alcanzan. Finalmente, llegas a una montaña horrible. Vomita llamas como un horno. A sus pies, se extiende un horrible abismo. Ahí brillan todos los colores, cobre y hierro, vitriolo azul y sulfuro amarillo. Las llamas brillan e iluminan, mientras se comen las rocas, es el horno que te traga. Pero cuando piensas que estas perdido, una mano te aferrará. Un brazo te abrazará y te llevara muy lejos... donde el mal no pueda tocarte...



Del film Sonata otoñal (1978)

- Es preciso aprender a vivir.

Yo práctico todos los días,

mi mayor obstáculo es no saber quien soy.

Yo tanteo ciegamente;

si alguien me ama como yo soy

puedo finalmente tener el coraje
de mirar hacia mi misma.
Aunque es una posibilidad poco viable -


- no podía hablar, no tenía palabras,
tú eras la dueña de todas las palabras.

Te amé mamá. Era una cuestión de vida o muerte.

Pero no confiaba en tus palabras.
No confiaba en tu mirada. -


- Una madre es una hija,
que terrible combinación de sentimientos,

confusiones y destrucciones.
Todo es posible y es hecho en nombre del amor.

Las injurias de la madre son pasadas a la hija.
Las fallas de la madre son pagadas por la hija.

La infelicidad de la madre, es la infelicidad de la hija.
Es un cordón umbilical que nunca termina de cortarse.

Mamá... será que es eso?
Será que la desventura de la hija es el triunfo de la madre?
Mamá ¿Mi desgracia es tu placer secreto? -

2 comentarios:

pelicanopitekus dijo...

Hoy en día,cualquier descriteriado con un pc.y un poco de poder,que es el que les arroga el periodismo,se pude permitir el lujo de enlodar a su amaño el prestigio y humanidad de cualquier persona,aprovechandose del nulo derecho a réplica y restablecimiento de la honra.Ascanio,es Ascanio no más,y el sabe que la mayoría de los ignorantes que lo leen,solo buscan reseñas del
cine-entretención.
Una mala persona ,es aquel que golpea a su familia,que no respeta el barrio en donde vive,el que roba,el que difama sin pruebas (como Ascanio),el que trafica.
El que no habla,no saluda,no sonrie,tal véz solo sea un áspero ser.
Aquel que crea y recrea belleza,no tiene por qué ser un maricón sonriente.
Te salaste conmigo Ascanio,le creo a Antonia.Besos solo para Antonia.

antonia obiol y corcoll dijo...

En los 80, en plena dictadura fuí empleada pública: Caja de Empleados Publicos y Periodistas, Tesorería Periodistas. Quinto piso Ministerio de Educación. Mi jefa, una gringa solterona, culta, inteligente, inquieta, (Señorita Sylvia) me paséo por el cine de Bergman y otras maravillas del cine... No existe ningún Cavallo que achique mis recuerdos. y si tu me crees, es suficiente.
Gracias Pitekus