lunes, 13 de octubre de 2008

Espejismo (extracto)





Hernan Rivera Letelier, Mi nombre es Malarrosa, capitulo V

"El espejismo se abre: es una rosa creada de pura reverberación, del puro vapor de la arena ardiente, de la pura imaginación de la piedra; irrealidad pura, puro sueño de piedra convertida en rosa incorpórea, volátil, traslúcida como las alas de una libélula. Asi es un espejismo en el desierto, tan irreal que sólo existe en la pupila del que lo mira, del que cansado y sediento otea el horizonte como husmeando el mar, como olfateándolo con la vista, y en vez de aroma marino sólo ve formarse ante él un espejismo, una ilusión que va ampliandose, dilatándose, como inflada por un soplador de vidrio.
Asi se originan los espejismos: por la gracia de mirar. Porque un espejismo no existe si no se le mira, como Dios no existe si no se le piensa. Asi nace el espejismo y así muere, se desvanece, se evapora, como el reflejo en la retina del que miro y vi una rosa tenue, ingrávida, etérea, tan irreal como el eco de la imaginación.

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